El 24% de la población lgbt+ que se encuentra en resguardo domiciliario por las medidas de contención del covid-19, menciona que no sienten la seguridad de mostrar abiertamente su identidad sexogénerica en el lugar donde viven, lo que acarrea consecuencias psicosociales para su pleno desarrollo.
Al dar a conocer los datos recabados por la asociación civil, Musas de Metal, como resultado de la Encuesta sobre necesidades de la población LGBTIQA durante la contingencia por COVID 19 en CDMX, el 14.2% de lxs encuestadxs reportaron que actualmente sufren violencia, siendo las agresiones psicológicas las más frecuentes, seguida de la violencia económica, física y sexual, las cuales pueden verse intercaladas como una cadena de abuso en la mayoría de los casos.

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Durante la presentación de los resultados, expuesta por Pol Martínez Peredo, fundador y director de Musas de Metal, enfatizó en que una cuarta parte de la población sexodiversa tuvo que regresar a sus lugares de origen, lo que implicó una vuelta al clóset por tener que comportarse de acuerdo a como lo soliciten quienes vivan en el lugar.
Asimismo el fundador de Musas de Metal, subrayó que la situación de violencia es representativa a la realidad, ya que puede ser aún mayor debido a la falta de información y acompañamiento para identificar los distintos tipos de violencia, «ya que muchas veces está muy naturalizada».

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Este ambiente de rechazo y represión, se ve teñido de indicadores sociales y de salud que deterioran el desarrollo universal de las poblaciones lgbt+ durante esta emergencia sanitaria, sobre todo en mujeres de la diversidad sexual, que fue el sesgo poblacional que más participación tuvo en el estudio.
A nivel económico las personas de la diversidad sexual y de género reportaron que cerca de la mitad de ellxs no cuentan con un trabajo formal y remunerado, por lo que han tenido que sostenerse por medio de ahorros, apoyo de familiares, apoyo de pareja y trabajos eventuales. La situación se vuelve un foco rojo cuando el 15% de lxs encuestadxs menciona que son el sostén económico de una persona pero que se encuentran desempleadxs.
Siobhan Guerrero, académica de la UNAM, externó al respecto que estos datos sociodemográficos ponen de manifiesto la necesidad de aterrizar las agendas a una realidad económica y de desarrollo precario en la viven las identidades lgbt+ mexicanas, ya que la precariedad genera una serie de factores que llevan a no tener un desenvolvimiento independiente.

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El resguardo domiciliario también ha impactado en la salud emocional de esta población, más de la mitad manifestó experimentar fuertes niveles de angustia, mientras menos del 50%, pero no por eso no alarmante, declaró sentir tristeza, desesperación y miedo ante la situación actual, ya que poco más del 20% cuenta con servicios de acompañamiento psicológico.
Geraldina Gonzalez, presidenta del Copred, reconoció el esfuerzo de Musas de Metal en comenzar a recabar datos sobre la situación lgbt+, ya que ayuda a visibilizar y conocer el impacto diferenciado que la pandemia del covid-19 tiene en la sociedad mexicana:
«La enfermedad no provocó desigualdades, la enfermedad vino a quitarnos la venda de los ojos de la enorme desigualdad en la que vivimos», subrayó.
La asociación urgió a que existan mayores encuestas respecto a la situación de las personas lgbt+ durante este momento de emergencia sanitaria y crisis económica, para recopilar el mayor numero de información al respecto, y con ello empujar al desarrollo de campañas gubernamentales que visibilicen y sensibilicen los distintos sectores sobre la atención a las necesidades de las personas de la diversidad en todas sus formas.
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