Disney y el queerbaiting del Soldado del Invierno

Disney descubrió que una estrategia efectiva para generar conversación y tendencias en redes sociales y entre los creadores de contenido es el uso de las teorías o subtextos en sus series de Marvel.

Este fue el caso de WandaVision donde las teorías que se especularon a lo largo de semanas resultaron ser imaginación de los fans y no hechos concretos. Mismas teorías que fueron alimentadas por miembros de la serie.

Recientemente las redes sociales comienzan a hablar sobre la sexualidad de Bucky Barnes «El soldado del invierno», esto gracias a que se insinuó que este personaje podría ser bisexual.

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Marvel estrenó la serie The Falcon and The Winter Soldier (Falcón y el Soldado del invierno) protagonizada por Anthony Mackiey y Sebastian Stand.

Es innegable la tensión homoerótica que le han puesto a la relación de los protagonistas, Sam y Bucky. Misma que es una extensión de la que existía entre Capitán América y Bucky, de la que internet se ha encargado de alimentar con memes y fanfictions.

Fanáticos comenzaron ha abordar el tema de la sexualidad de Bucky luego que se asumiera que los perfiles que veía Bucky en las apps de ligue con imágenes de tigre son comuenmente usados por hombres.

Además lo ligaron al cómic Black Widow # 9 donde Natasha y Bucky revelan que solían estar enamorados de Steve Rogers, el Capitán América. Más las declaraciones de Malcolm Spellman, uno de los guionistas de la serie sobre la bisexualidad de Bucky sólo respondió: “No daré muchas pistas, pero sigan viendo…”.

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Usando estos elementos Marvel utiliza el queerbaiting para darle un subtexto lgbt+ a uno de sus protagonistas.

¿Qué es el queerbaiting?

Es un recurso dramático que se utiliza de forma narrativa para captar a la audiencia lgbt+ al dotarles a los protagonistas de cualquier contenido una tensión de atracción romántica hacia personajes del mismo sexo o identidades de género andróginas que al final siempre fueron heterosexuales o cisgénero.

El problema con este recurso no sólo resulta engañoso para las audiencias lgbt y cómoda para la audiencia heterosexual-cisgénero, también impide la inclusión afirmativa de historias lgbt+ y trivializa las relaciones heterosexuales a ser solo de forma tradicional.

Lo más fuerte es que refuerzan la idea que esos sentimiento o emociones pueden ser «confusiones» y reencausarse para ser una identidad heterosexual cisgénero.

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La lección con Disney es: «Hasta no ver no creer»