Brasil castigará con hasta 5 años de prisión insultos LGBTfóbicos

El Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil emitió un veredicto para tipificar los insultos homofóbicos y transfóbicos como un crimen que amerita pena de cárcel que iría desde los 2 a los 5 años de prisión.

La decisión fue emitida con 9 votos contra 1, en una votación en línea. Anteriormente, en 2019, el STF ya había tipificado la homofobia como un delito equivalente al racismo, sin embargo no se reconocía contra una persona concreta, sino cuando los insultos discriminaban a la población LGBT+ en general.

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Foto: EFE/Fernando Bizerra Jr.

La Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ABGLT) fue de las primeras Asociaciones en pro de los derechos humanos en llevar casos de LGBTfobia ante dicho tribunal.

De acuerdo con el juez Edson Fachin, esta sentencia era un “imperativo constitucional” para proteger legalmente a las personas de la comunidad LGBTTTIQA+.

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De acuerdo con datos de la organización Transgender Europe, por desgracia Brasil es el país con más transfeminicidios en los últimos años: se calculan 1,741 entre 2008 y septiembre de 2022, le sigue México (649) y Estados Unidos (375).

El Tribunal Supremo Federal (STF) también criticó la demora para que el Congreso criminalizara los actos de LGBTfobia. “STF reconoce la omisión del Congreso Nacional en la criminalización de la homofobia y determina el anexo de esas conductas en la Ley de racismo hasta la edición de ley sobre el tema”.

Como era de esperarse, dicha ley recibió fuertes críticas por parte de la iglesia católica, así como por movimientos evangélicos.

Un comentario

  1. Está bien que persigan la LGTBfobia pero no sé si se trata tanto de actuar con medidas punitivistas, (poner prisión a los insultos LGTBFobicos sería un ejemplo de ello) como de construir algo nuevo. Quienes no vivimos del modo en el que el sistema patriarcal esperaría, tenemos que estar más unidxs, ser poderosxs y proyectar una imagen de fuerza, pero para ello tenemos que dejar atrás el individualismo exacerbado que ha marcado los últimos años. Debemos organizarnos mejor, al menos de un modo tan eficaz como aquel de la gente que se encuentra todos los fines de semana en sus diferentes templos. En torno a una nueva religión no dogmática, atea/agnóstica (o por lo menos no teísta), que luche contra la supremacía blanca, el sistema patriarcal y el racismo, que sea ecologista y esté a favor de los derecho de LGBTIQ+ lo estaríamos, y podríamos conseguir que se estableciesen comunidades de mujeres, hombres y personas de géneros no binarios en muchos lugares, autogestionadas y con fuertes relaciones de cuidados entre sus integrantes. En el blog infinito5.home.blog escribo sobre ella.

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