En 2013 el mundo gamer se conmocionó con el lanzamiento de The Last of Us un videojuego post-apocalítptico con una trama y banda sonora que cualquier película de Hollywood envidiaría; de inmediato los fans pidieron una secuela, misma que se tardó 7 años en salir.
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Hace unos meses por fin vio la luz The Last of Us: Part 2 que cautivó a los críticos, pero no a sus fanáticos, quienes esperaron con ansias una representación de la Comunidad Trans misma que no fue la que esperaban.
ATENCIÓN SPOILERS
En el videojuego se presenta a un chico llamado Lev (con la voz del actor trans, Ian Alexander) quien es uno de los personajes principales que convive con Joel y Ellie. Aunque no es un personaje que los usuarios puedan manipular, los jugadores conocen su historia.
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Lev cuenta su historia y explica que escapó de un culto religioso después de ser amenazado de muerte por su familia, durante todo el videojuego, él es objeto de mucha violencia física y emocional y , pues suelen referirse a él con su nombre de nacimiento durante todo el juego.
Los jugadores señalan que este podría ser un caso clásico de «porno traumático», ya que el personaje de Lev sólo parece existir para mostrar desgracia y dolor durante toda la historia, los tweets de queja no se hicieron esperar:
Por su parte hay otros comentarios más tranquilos que buscan darle una segunda oportunidad a los desarrolladores, pues saben que el problema no es sólo es la empresa encargada del videojuego, es la desinformación al momento de representar a la Comunidad:
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