El médico y tanatólogo Manuel Márquez te presenta su espacio:
Esta es una situación difícil para mí, me llamo Juan y quiero compartirles una noticia que cambia mi plan de vida, no es fácil, y es que, cuando tenía tantos proyectos con mi pareja, tantos sueños, ideales, llega esto…no sé cómo afrontarlo.
Te platico que llevamos un año de relación, no puedo decir que todo ha sido color de rosa, sin embargo es una experiencia que no cambiaría por nada del mundo.
Él es una persona maravillosa, entregada, sencilla, me lleva un par de años por lo que hemos hecho una gran relación, en todo momento buscamos compartir nuestro poco tiempo que tenemos en el día por nuestras actividades laborales…caray, ¡todo iba tan bien!
Un día por la noche cuando faltaban algunos minutos para salir, me marcó al celular diciendo que quería invitarme a cenar (era muy común en él tener esos detalles), acordamos el lugar y la hora, por lo que me dirigí hacia allá, nos vimos, nos abrazamos y besamos como siempre, nos sentamos, pedimos la cena, pero algo raro veía en él mientras consumimos los alimentos.
Pedro solo picaba la comida, su semblante era de preocupación o miedo, no podría definir bien lo que observaba en éstos momentos, yo seguía cenando pero llegó el momento que me sentí incómodo por lo que le pregunté:
– ”¿Qué pasa, estás bien?” y él contestó:
– ”Tengo algo que contarte y te pido guardes silencio, no digas nada hasta que termine, ¿está bien?”; en ese momento mis manos empezaron a sudar, mi corazón a palpitar tan rápido que sentía que saldría en cualquier momento.
– ”Ok”, (respondí), “habla por favor”.
– ”Pues bien, hace muchos años conocí a un chico de mi primer trabajo, era muy atractivo, agradable con buen sentido del humor, la atracción física fue tan fuerte entre nosotros que le propuse salir.»
-«Aprovechábamos los viajes de negocios, las juntas que se cancelaban, las cenas con empresarios, y así fue que poco a poco disfrutábamos la compañía, las risas, los logros, hasta que después de una cena de negocios, ya un poco tomados, lo llevé a su casa, lo despedí en la puerta con un abrazo y al mirarnos y sentir su respiración tan cerca, sus labios, su aroma pues nos besamos, me tomó de la mano para llevarme al interior de su casa y entenderás lo que pasó después.»
“Así pasó esa noche, los demás días nuestra interacción fue mermándose ya que llegaba a ausentarse por motivos de salud, hasta que un día cuando renunció a su puesto laboral, me confesó que tenía VIH y le preocupaba que me hubiera infectado (sic) puesto que no utilizamos condón. Para no hacerte la historia tan larga, él desapareció y yo quedé infectado (sic). Mucho tiempo estuve sólo tratando de entender las circunstancias en las que me encontraba, la nueva vida que tenía que asumir y sobre todo, ser responsable ya que tenía que tomar mi tratamiento.
«Y… sí, esa pastilla que te decía que era por mi problema de gastritis crónica no era para eso, es mi antirretroviral que debo tomar para mantenerme indetectable en mi carga viral.
“Te lo confieso porque debo ser sincero contigo, muchas personas han pasado, ninguna se quedó por mi estado de salud, sin embargo, nosotros hemos compartido algo más allá que ha sido capaz de nutrir nuestra alma, no es fácil compartir esto ya que la reacción de la gente lastima pero tengo muy claro que las cosas deben hacerse bien en cualquier tipo de relación, que debe haber una base de honestidad. No te quiero perder.
(Silencio total)
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¿Qué contestarían?, ¿Qué harían si estuvieran en el caso de Juan?
Actualmente existen muchos casos de parejas serodiscordantes, es decir, parejas donde solo uno de ellos es portador de VIH. Es una situación en la que el éxito de las relaciones se basan en la información y la madurez, información con respecto a las medidas de prevención que se deben implementar, la madurez de entender que una persona con VIH no es diferente a quien no lo tiene, que siente, come, respira, igual que tú y que yo, que si lleva su tratamiento al cien y se mantiene como indetectable en sus estudios, la tasa de transmisión disminuye al grado de ser casi nulo que suceda.
El trabajo emocional juega un papel muy importante. Romper con esquemas establecidos, entender que nadie es culpable de lo que sucede, que es un compromiso de hechos y no de palabras el decir “te quiero”, que el “te necesito” pasa a ser un “te elijo” porque soy consciente ello. El cuidarse implica ver por el otro en un sentido más profundo.
Sé que como Juan hay muchos en los que éste tipo de noticias impactan, paralizan y no se sabe qué hacer, es una pérdida significativa de la concepción de pareja, transitoria, y lo digo así, porque si bien hay que trabajar el duelo, hay que vivir esas emociones que se generan para llegar al entendimiento.
También para muchos como Pedro donde la aceptación, el reconocimiento de las nuevas oportunidades que se generan, implica un trabajo de lidiar con rechazos, miedos, ignorancia desde el exterior, un trabajo importante por realizar para lograr la estabilidad de nuestro ser, pero en definitiva, es un hecho que «El amor cuando es real, lo puede todo».
Te invito a que vivas tus emociones, no las reprimas y si estás pasando por una situación similar a la de Juan o a la de Pedro (personajes de la historia), busca orientación médica y tanatológica, eso te ayudará muchísimo. Soy tanatólogo y sé por lo que debes estar pasando.
Si tienes algún comentario, puedes contactarme por mi e-mail (drmanuel31@outlook.com), mi página de tanatología (Manu Márquez Tanatologo). Cuídate mucho.
(sic) Recuerda el vih se transmite no se contagia ni se infecta. Las personas viven con vih no son infectados. Este cambio en tu lenguaje ayudará a derribar estigmas alrededor del vih.
**Las opiniones aquí expuestas representan al autor de la columna.