Danna Sultana, modelo y conductora colombiana y su pareja, el entrenador puertorriqueño Esteban Landrau rompieron con los tabúes y realizaron su sueño de formar una familia, y dieron a conocer diversas fotografías de su primer hijo Ariel Landrau Pérez.
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“Derretida de amor”, escribió la modelo en la descripción del primer video en donde se muestra cargando a su hijo. Por su parte Esteban también subió una tierna foto que acompañó con el texto: «El verdadero amor a llegado a nuestras vidas. Ahora a disfrutar cada momento a su lado.»
Hace unos meses, la pareja se volvió viral en redes sociales por subir una foto en donde mostraban toda la evolución de la paternidad trans del puertorriqueño, ganándose los likes y los comentarios de toda la Comunidad Trans a nivel mundial.
Era tanta la demanda de preguntas hacia el nuevo padre que tuvieron que crear un video con preguntas y respuestas ante el tratamiento hormonal al que se tuvo que someter.
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Por desgracia no todo ha sido color de rosa, ambos saben los estereotipos que rompen con cada foto que suben a las redes sociales; el escrutinio público está a la orden del día y suelen ser blanco de los comentarios de los conservadores:
«Sabemos que es un camino difícil a nivel social, pero estamos juntos, nos amamos y es el amor el que nos guiará para educar a nuestros futuros hijos», explicó en un post Sultana.
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En una entrevista para sitio web América Digital, Danna explicó que dejó su país natal para irse a Nueva York y realizar su transisición en un país sin tabúes. Fue en 2019 cuando conoció a Esteban y el flechazo fue inmediato, así como la química que tuvieron al momento de conocerse.
Así lo expresó la también conductora:
«Soy una mujer trans, mi novio es un hombre trans y por casualidades de la vida nos encontramos. Desde ese momento sabíamos que eramos el uno para el otro».
¡Felicidades a las nuevos padres!
Fuente: americadigital.com
Me parecen unas imágenes superbonitas. Pero volvemos a lo mismo: solo son posibles en ciertas partes del mundo. Hay que cambiar la realidad. Debemos construir movimientos más fuertes y para ello tenemos que dejar atrás esa época de individualismo exacerbado de la que venimos. Las personas que no respondemos a lo que el heteropatriarcado esperaría de nosotras tenemos que estar más organizadas, al menos tanto como la gente conservadora, que se reúne un rato todos los fines de semana en sus templos. En torno a una religión atea/agnóstica, no dogmática, feminista, antirracista, ecologista y aliada de los movimientos LGTBIQ, lo conseguiríamos, y seguramente se formarían muchas comunidades. En infiinito5.home.blog escribo sobre ella.