Somos Voces (antes Voces en tinta), la librería, cafetería y foro cultural ubicada en la Zona Rosa, cumple 11 años de ser un referente para la Comunidad de la Ciudad de México.
Durante estos años se han caracterizado por realizar talleres, charlas, cursos, cine-debates y más, en colaboración con múltiples asociaciones en favor de la diversidad sexual, transfeminismo y derechos humanos, que semana a semana convocan a la población interesada.
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Debido a la situación actual, la celebración se llevó a cabo de manera virtual con un conversatorio en donde activistas compartieron sus experiencias, recuerdos y reflexiones siendo colaboradores de Somos Voces.
Maai Ortíz, miembro del staff de la librería, fue el encargado de moderar la charla, que empezó con una pregunta difícil de condensar en una frase….»¿Qué ha significado Voces para ustedes?«
Jorge Yañez, presidente del Colectivo #OpciónBi expresó la importancia que tienen sitios diversos en la Ciudad:
«Voces es un espacio importante, nos ha permitido la posibilidad de implementar cursos, presentaciones y cinedebates (…) Voces da una respuesta a los derechos culturales de las personas que vivimos y transitamos en la ciudad, que las instituciones gubernamentales no alcanzan a responder».
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Ante la pregunta obligada… «¿Cómo es que han lidiado con las complicaciones de no reunirse?», la respuesta fue unánime, para todos la mudanza de lo presencial a lo digital creó una brecha para muchos de los asistentes, así lo comentó Alonso Hernández, director de Archivos y Memorias Diversas:
«Hubo ponentes que de plano nos dijeron ‘lo mío, lo mío es lo presencial’, también muchas personas que asistían ya no nos siguen debido a la brecha digital, sin embargo, gracias a esto ahora nuestro trabajo ya se sigue de manera internacional, ya nos contactan de Washington, Costa Rica y demás países.»
También Fernando Patlán, activista que forma parte de la Asociación Divu A.C. Diversidad, cultura, género, alimentación y ciencia, coincidió con Alonso, y añadió que el la muda a los digital ha beneficiado a sus compañeros, pues muchos de ellos viven en la periferia de la Ciudad y no cuentan con los recursos necesarios ni el tiempo que necesitan las reuniones semanales en Voces. Incluse subrayaron la posibilidad que en la nueva normalidad los espacios de convivencia que dirigen puedan desdoblarse entre lo digital y lo presencial para atender así al mayor número de identidades lgbt+.
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Ortíz también pidió a los activistas reflexionar sobre la necesidad de construir otros espacios para la Comunidad que no sólo tengan que ver con la diversión nocturna. «¿Qué ha aportado la existencia de un espacio como Voces? «
Pol Martínez, vocerx de Musas de Metal Grupo de Mujeres Gay ,celebró que existan lugares como Voces, pues recordó lo difícil que fue encontrar un espacio seguro libre de discriminación:
«Durante mucho tiempo estuvimos en lugares nocturnos, no teníamos en donde platicar, en otras épocas brincábamos de casa en casa, no era sencillo que nos prestaran un espacio en donde se pudiera hablar de temas personales de manera segura, debería de haber más espacios así.»
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Fernando Patlán complementó la idea de Pol y comentó lo mucho que ha significado para su proyecto la existencia de este tipo de sitios:
«Los espacios nocturnos han jugado un lugar importante en la convivencia y en el activismo LGBT, pero no son tan prácticos, se necesitan opciones para hablar, convivir de manera diurna. Voces ha sido un enorme acierto (…) es como un pequeño oasis que le ha permitido a mucha gente acercarse a diversos temas.»