Texto y foto: José Luis Ruperto (That Boy is Ruperto)
Es primero de julio, un amigo sale de su casa con un colorido maquillaje, unos instantes antes de bajar del pecero le pide a un hombre que por favor le pase un pasaje, pero es violentado y el hombre se burla de él. La situación refleja una realidad cruda, en Neza si hay LGBTTTIQA+fobia, y esta se refleja en hechos tan comunes como el que vivió mi amistad.
En paralelo, comercialmente ya no es el “Mes del Pride”, pero aquí en Neza, el segundo municipio más poblado del Estado de México, hoy se hará la Segunda Marcha del Orgullo LGBTTTIQA+. Desde las 11 de la mañana, entre mototaxis y puestos de comida, personas de todas las edades, así como organizaciones y personalidades de las disidencias sexuales de Neza, ya comienzan a concentrarse en las inmediaciones de la glorieta de “El Coyote”. Adolfo Cerqueda Rebollo, presidente municipal de la localidad, también se hace presente.
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Esto es más especial de lo que parece, es una oportunidad para jotear en la vía pública nezatlense, es una oportunidad para no sentirse con miedo en calles donde suele haber violencia y discriminación, incluso por parte de la misma policía. Hay chacales y dragas en la calle, se notan juventudes LGBTTTIQA+, hay padres y madres que con letreros muestran su apoyo a sus hijxs que han salido del clóset. Incluso, hay quienes vienen de lugares distantes, como el municipio de Coacalco.

Previamente en la localidad se hicieron esfuerzos por visibilizar a las disidencias sexuales de Neza, pero esta es la segunda ocasión que el ayuntamiento respaldó la marcha. Después de las 12:40 del día, se da el banderazo oficial.

-¡Vamos a tomar las calles de Neza!- Grita la vanguardia de la marcha.
Con carteles o tacones y pelucas, en solitario o en familia, a pie o en un automotor; alrededor de 5 mil participantes caminan casi dos kilómetros hasta el Palacio Municipal para alzar la voz por sus derechos, libertad y el respeto a su persona. Antes he caminado por estas calles, pero hoy están llenas de color y música, se siente un ambiente de esperanza; claro, no faltan los himnos LGBTTTIQA+ como “Todos me miran” pero también hay música de banda y eso le da un toque distinto a esta marcha.
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En las laterales de la avenida Adolfo López Mateos, automovilistas miran de reojo la manifestación. Incluso los trabajadores de algunos negocios salen a observar. La marcha sigue su paso. En esta ocasión, también hizo presencia un grupo de muxes, haciendo sentir la presencia del Istmo de Tehuantepec en Neza.
-¡Viva los muxes!- Se oye.

Por momentos se nubla y cae una ligera brisa, pero nada disminuye los ánimos del movimiento. Los contingentes dan vuelta en la avenida Chimalhuacán. Pasada la 1:50 de la tarde, los alrededores del Palacio Municipal de Neza ya lucen los colores arcoíris. La marcha ha llegado a su fin, pero continúa un festival en la explanada municipal. También hay una instalación multicolor en cuyas columnas las personas pueden colocar mensajes de apoyo a la comunidad LGBTTTIQA+.

El edificio del Palacio Municipal funge de fondo y en el escenario se presentan shows de Drag Queens y cantantes. Después de las cinco de la tarde, sube a presentarse la cantante y vedette cubana, Liss Vega, luego siguen otros actos y llega el Coro Gay de la Ciudad de México con todos sus integrantes vestidos de color blanco como si de ángeles se tratara. La jornada la cierra la cantante mexicana Lorena Herrera que interpreta temas como “Masoquista” y “Flash”. Son las 8:14 de la noche, han terminado todas las actividades del programa.

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Llega de nuevo la “realidad”, mi amigo se desmaquilla para volver a casa sin contratiempos, otros más se cambian de ropa para no arriesgarse a ser insultados en el camino o simplemente no pasar un momento incómodo y unos pocos se aventuran a volver a su hogar con banderas arcoíris en mano. Causa desasosiego como lo que por unas horas se sentía un ambiente de jovialidad, desaparece.
Se apagan las luces del escenario, las banderas del orgullo LGBTTTIQA+ se han dispersado y me es inevitable preguntarme si en verdad algo ha cambiado… Quizás sí, hace unos años ni siquiera hubiéramos podido salir.